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Hace algún tiempo, el
Mural de los Héroes de la Historieta Mexicana (República de Chile con Mariana Rodríguez del Toro, Centro Histórico ce la CDMX) causó polémica en varios sentidos. El debate no sólo se levantó por los estilos artísticos (bastante feos, por cierto) utilizados para plasmar la obra, sino también por la selección de los personajes.
Entre ellos existe uno que ni los seguidores más acérrimos de la historieta nacional, ni los más enconados estudiosos del medio lograron identificar, haciendo más aguda la duda acerca del criterio utilizado para elegir a los héroes del mural.
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El personaje en cuestión, ubicado entre
La Tetona Mendoza y
El Santos, es nada menos que
Rabamán, personaje creado por el escritor
Ricardo Guzmán Wolffer a principios de los 90 en la ciudad de Oaxaca.
Rabamán fue publicado en las páginas del periódico estatal
Hora Cero. Se trataba de una historieta desenfadada, con un humor un tanto escatológico, muy en la vena de lo hecho por Jis y Trino en las
Histerietas, y en un formato muy similar.
Probablemente influido por
La Noche de Rábanos, una de las tradiciones más longevas e importantes de
Oaxaca, el héroes de Guzmán Wolffer porta como arma un rábano largo, que responde al nombre de
Excalibur.
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Las aventuras de Rabamán lo colocaban en diferentes situaciones, desde líos con la policía gandalla hasta convertirse en rey de los muertos vivientes, teniendo a una hiena como mascota, o incluso alcanzando el estatus de deidad (El Dios Raba-Condón). Así de
fumadas eran las aventuras de Rabamán, las cuales, por cierto, vivía mientras experimentaba
la cruda.
Aunque el arte de esta historieta era más bien una serie de monos malhechos, Rabamán gozó de gran
popularidad a nivel estatal, por lo que en
1993 sus aventuras fueron recopiladas en un volumen publicado por
Producciones Flatulia, con un prólogo del distinguido catedrático universitario, escritor y periodista
René Avilés Fabila. 
Con el tiempo,
Ricardo Guzmán Wolffer se ha convertido en un escritor destacado y multipremiado, sobre todo en los géneros de ciencia ficción y terror, de los cuales es un referente en la literatura mexicana contemporánea. Probablemente su dibujo no haya mejorado, pero innegablemente su prosa sí. De querer retomar a
Rabamán y resucitarlo en viñetas, podría aliarse con algún dibujante capaz y entonces sí presentarnos al personaje descrito por René Avilés Fabila en el prólogo de la recopilación.
Al preguntarle al autor como fue que Rabamán llegó a formar parte del mural, nos respondió que supo que estaba por realizarse la pieza, se puso en contacto con los responsables, les presentó al personaje y éste fue aceptado e incluido.
Así de fácil.
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